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Una nueva manera de entender el caracol...
Helix Aspersa (Müller, 1774)
La especie Helix aspersa es una de las más extendidas llegando a ser considerada plaga en muchos lugares. Conocido comúnmente como caracol común o caracol de jardín, es un caracol con alto interés gastronómico.
Es de hábitos nocturnos, aunque puede ser activo en entornos húmedos en penumbra y en días lluviosos. Durante épocas de sequía, frío o demasiado calor, el caracol busca refugio y se esconde dentro de su concha formando un tapón que le protege de las inclemencias del tiempo. Este tapón que se forma con la propia baba del caracol se conoce como epifragma.
Originario de países mediterráneos, hoy en día se extiende por prácticamente todo el planeta siendo incluso considerado plaga en algunos países.
Su hábitat natural se extiende desde jardines hasta areas de cultivo. Prefiere zonas con mucha humedad y sombrías.
mo otros caracoles, posee tantos los órganos masculinos como los femeninos, por lo que puede procrear juntandose con cualquier individuo de su especie. El proceso reproductivo puede durar hasta 15 horas, en las cuales los especímenes se juntan por medio de sus aparatos reproductores e intercambian fluidos. Pasados unos 20 días cada caracol pondrá una puesta de unos 80 huevos.
Cria de caracoles de granja
Aunque no existen datos seguros sobre el mercado del caracol en España, el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino estima un consumo de 400 gramos por persona y año. La mayoría de estos ejemplares destinados a la alimentación humana son importados o provienen de la recolección silvestre, o de granjas de caracoles.Por norma general, los caracoles de granja responden a unos estándares de calidad muy superiores a los que podemos encontrar en el campo. Cada tramo de su ciclo vital es cuidado con el máximo detalle y ese mimo se traduce en unos animales de gran tamaño y carne blanquecina, ideales para su degustación o aprovechamiento con fines sanitarios o estéticos.
Para saber si un caracol está muerto será necesario fijarse en varios aspectos.A continuación describimos los detalles más habituales en los que fijarse.
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Olor fuerteCuando los caracoles mueren se produce un conjunto de reacciones que acaban degradando hasta un simple líquido el cuerpo de los caracoles. Durante este proceso es normal que los caracoles muertos desprendan ciertos olores, como cualquier otro ser vivo cuando su cadáver comienza a estropearse. Estos aromas son fuertes, en ocasiones muy desagradables. El olor a podrido o a pescado es indicativo claro de que el ejemplar que hemos encontrado ya no se encuentra entre los vivos. Este olor a veces no se percibe si no se acerca la nariz, pero al hacerlo ten cuidado puesto que puede ser muy fuerte y penetrante.
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Concha boca arribaNo siempre que un caracol se encuentra con su concha boca arriba está muerto, pero a los caracoles no les gusta esta posición. Basta con observar que ocurre si colocamos un caracol vivo boca arriba y le echamos agua. Su primera reacción será darse la vuelta. Hará todo lo posible, incluso puede soltar baba para protegerse si se siente amenazado por el cambio de posición, aunque luego no reaccione moviéndose a otros sitios. Cuando encontremos caracoles con la concha boca arriba en un entorno de humedad casi seguro que el caracol estará muerto o en proceso de pasar al otro mundo.
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Líquido en la concha: Si encuentras una concha boca arriba y con líquido en su interior, no te dejes engañar si el caracol está vivo disfruta de sus últimos momentos. A los caracoles les gusta el agua, pero si su concha se inunda tienden a librase de la situación cuanto antes, porque no pueden respirar bajo el agua. Estos líquidos pueden mostrarse desligados, en varios tonos, como si fuesen aceites y su color suele ser marronaceo, amarillento, verdoso… pero evidentemente extraño.
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Sólo muestra una parte de la cola: Es frecuente que esta situación ocurra con la concha boca arriba. A veces en forma arrugada y con apariencia deshidratada, seca. En otras ocasiones la cola puede parecer más gelatinosa y brillante. Es común que muestre algún líquido de apariencia desagradable y de olor fuerte, como comentábamos en el punto anterior. Aunque en entornos muy secos el cuerpo se degradará muy rápido y pronto sólo se verá como un pegote negro.
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Color y forma extraña en el cuerpoAlgunos caracoles cuando fallecen permanecen en posiciones normales para un caracol vivo. Pero al tratar de manipular el ejemplar veremos que su cuerpo ha perdido las marcas tipo piel que tienen. Además la posición en la que hayan fallecido suele deformar el cuerpo que se muestra rígido si ha pasado poco tiempo desde el deceso y que se va ablandando y degradando cuanto más tiempo pasa. Un detalle que puede ocurrir es que tenga sus cuernos a la vista, pero no extendidos del todo. En algunas ocasiones suele mostrar un estado más gelatinoso del cuerpo. El color del cuerpo en estos casos suele ser marronaceo e incluso de un gris sucio y oscuro.
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Concha decoloradaSi la concha de un caracol se muestra blanquecina, decolorada completamente o por zonas, significa que el caracol lleva muerto un tiempo. La concha sólo empieza a degradarse al aire libre cuando el caracol que vivía en ella no la mantiene. A veces esta decoloración sólo se muestra en algunas zonas, pero no hay que confundirlo con posibles roturas de la concha que el caracol pueda estar reparando.
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Poco pesoSi alzamos un caracol y notamos que apenas pesa, seguramente el caracol que se encuentra dentro ya ha fallecido y se ha degradado tanto que que ha perdido los líquidos que formaban su cuerpo. También puede ocurrir cuando un caracol no haya podido alimentarse correctamente durante un largo periodo de tiempo. Para subsistir consumirá su cuerpo hasta agotar las existencias de energía. Cuando ocurre esto se nota sin dificultad que el cuerpo del caracol es mucho más pequeño en proporción a su concha. Ojo también puede ocurrir que un caracol en estado de hibernación o estivación presente un peso por debajo de lo normal, se reconocerá fácilmente este ejemplar al tener una telita tapando la boca de su concha.
Seleccionar caracoles para cocinar
Si vas cocinar caracoles es estrictamente necesario que apartes los ejemplares muertos, puesto que pueden ser una sorpresa desagradable que estropeará el guiso más elaborado. Un método que no falla para meter en la cazuela sólo ejemplares vivos consiste en introducirlos en una pila, tupper u olla con agua a temperatura ambiente. No demasiada, no queremos ahogar a ningún caracol todavía. Una vez sumergidos en agua, los caracoles no tardarán en detectar el peligro de morir ahogados y saldrán de su concha buscando un modo de evadirse. Es el momento de coger los ejemplares que tratan de escapar. Aquellos caracoles que tras unos minutos no hayan mostrado interés en salir de su concha será mejor desecharlos. Mucha gente aprovecha la operación de limpiar los caracoles para buscar aquellos ejemplares que no se deban cocinar.







